El viernes 17 de diciembre del 2015 tres representantes de la Asociación de Artistas Visuales de Asturias hemos sido recibidos por el nuevo Viceconsejero de Cultura D. Vicente Domínguez, en entrevista solicitada por la Asociación.
Le hemos formulado una pregunta relativa a la orientación de su proyecto para las artes visuales asturianas, que no ha sido contestada. Por el contrario, el Viceconsejero nos invitó a que fuéramos nosotros los que aportáramos ideas sobre cuestiones concretas. Durante la entrevista nos transmitió la sensación de que, en realidad, no podía proporcionar respuesta alguna a nuestra pregunta.
Estas inconcreciones con respecto a la política artística nos inducen a interrogarnos acerca de la ausencia inexplicable de un plan para las artes visuales y para los artistas de esta autonomía. Resulta incomprensible que la Consejería y el Gobierno de Asturias desatiendan totalmente las políticas artísticas.
Al menos los anteriores Consejeros y Viceconsejeros que nos habían recibido durante sus mandatos aportaban explicaciones y determinaban proyectos que, en demasiadas ocasiones, no se concretaban lamentablemente. Sin embargo, en esta ocasión no hubo lugar a dudas, el Viceconsejero de Cultura tiene cubierta su política para los equipamientos que han creado con más o menos fortuna y algunos al margen de la comunidad artística e incluso del público en general. En cuanto a las artes visuales nos ha remitido a unas subvenciones públicas ínfimas cuyas convocatorias se publican en el BOPA durante el mes de febrero, lo cierto es que dichas ayudas no cubren ninguno de los problemas reales a los que deben hacer frente los artistas asturianos.
Resulta llamativo que un representante del Gobierno del Principado de Asturias, destinado precisamente al área de la cultura y de las artes visuales, áreas totalmente desatendidas y con las problemáticas que por diversas causas afectan gravemente a los artistas, se limite a servir su cargo sin implicarse y sin tratar de solventar algunas de las carencias existentes en términos de política artística. Según él las posibilidades de intervención desde la Consejería de Cultura son muy limitadas Entendemos que el Viceconsejero ha sido designado como responsable precisamente para aportar soluciones, o al menos para intentarlo. Lo que no nos parece de recibo es que se despachen los problemas que implican la gestión de un área tan delicada como la de la creación artística, obviando los escollos.
Debido precisamente a la “labor” de representantes políticos tan indolentes, los artistas asturianos no hemos logrado penetrar en la dialéctica del arte español y, menos aún, en el contexto internacional. Los artistas asturianos que se han forjado un currículo internacional, lo han logrado desde su esfuerzo y sacrificio personal. La política artística del Principado de Asturias se ha mantenido demasiado tiempo ajena a una búsqueda de soluciones y ha eludido la cohesión de un proyecto en términos artísticos, como resultaría deseable.
Desde estos planteamientos tan pesimistas, no podemos más que exigir que nuestros representantes políticos pongan de manifiesto su capacidad de diálogo con el arte y con los artistas asturianos. Que se avengan, como es preceptivo, a gestionar los proyectos artísticos y que se impliquen en la promoción del arte asturiano en el ámbito nacional e internacional. Es fundamental que se destinen presupuestos reales a becas, proyectos, exposiciones, intercambios, etc.
Entra dentro de toda lógica que se habiliten espacios expositivos concretos, pues en este momento hay una dramática carencia de salas de exposición institucionales. Lo mismo se puede decir en relación con los plazos y con respecto a los trámites y solicitudes, cuya estructura y organización debe ser transparente, sobre todo en cuanto a la presentación de los proyectos expositivos.
Consideramos fundamental y condición ineludible actuar como representantes de los artistas en los patronatos donde se gestionan las artes visuales. Según el Sr. Domínguez, la única forma de participación posible se determina a través de la aportación económica y empresarial exceptuando los museos, que también tienen su complejidad en cuanto dicha representación.
Cabe preguntarse entonces, si la representación emana de la donación económica como así nos ha asegurado, ¿dónde queda la noción de democracia representativa de las instituciones y de las asociaciones en las fundaciones y patronatos? ¿Acaso nos está indicando que de un tiempo a esta parte nos hemos situado en el “tanto aportas, tanto vales” y la voz de los artistas queda desatendida? Si eso fuera así, consideramos que la dejadez política en materia cultural y artística es más que preocupante, y la pérdida de derechos de los artistas asturianos rayana en lo insultante.
Asociación de las Artes Visuales de Asturias
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