martes, 1 de septiembre de 2015

Turismo ¿deleite o sufrimiento?

Comienza Septiembre y para muchos el fin de las vacaciones. No es poca la gente que se ha desplazado en estos meses a diferentes lugares para poder visitar y disfrutar del patrimonio mundial. Ahora bien, ¿qué pasa cuando el número de personas supera con creces las capacidades reales de los monumentos? La visita en vez de resultar agradable se convierte en una pesadilla. 

Tantos sitios como Barcelona, París, Florencia, Venecia o Roma se convierten en una masificación que te impide realizar con tranquilidad y deleite tus visitas culturales. Se ha llegado a la auténtica masificación turística y, a mi parecer, es difícil poner remedio a esta situación. Es realmente preocupante, porque ¿qué se puede hacer?. No puedes impedir que la gente viaje a una ciudad o visite un museo o monumento. 

Quizás se debería regular más el volumen de visitas para no verte arrastrado por una masa humana que lo único que consigue es sacar a relucir tu mal humor. Por no hablar de la gente que básicamente se limita a sacar fotos sin siquiera pararse a mirar un segundo lo que está fotografiando. Ya ni mencionar los palos selfies (deberían prohibirse en los museos, no es serio) ni las visitas grupales con guías que normalmente resultan ser simples timadores que saben poco o nada de lo que están hablando. 

Creo que todos, tanto usuarios como trabajadores y políticos, deberíamos reflexionar sobre este hecho que sólo va en aumento. Se pueden señalar muchos culpables: los cruceros, los paquetes vacacionales, los vuelos baratos, el "tienes que ir a..." y un larguísimo etcétera. Sin embargo, lo peor, y sintiendo que pueda ser elitista, es esa gente que va sin ningún tipo de interés, movidos sólo por el "he estado en". Bien es cierto que la cultura es para todos, pero considero que también hay que saber apreciarla y sobre todo cuidarla. 

Así pues, invito a la reflexión sobre este grave problema (bien es cierto que hay cosas peores) pues quizás entre todos sepamos encontrar una solución para hacer de la experiencia cultural lo que debe ser, algo agradable.